Recorre mi memoria aquella infancia,
tan llena de color y sentimiento,
tan llena de calor y arrobamiento,
que puedo dibujarla en la distancia.
Volando mis recuerdos en constancia
al mundo donde habita el crecimiento,
emana de la fuente en regimiento
palomas que deleitan elegancia.
Que no hay mejor recuerdo que el del viento
lamiendo suavemente el altozano
del tiempo que ha quedado en el cimiento.
Unida muerte y vida de la mano,
mi savia ya camina en cumplimiento
del hado esculpido en cartesiano.
Alicante, 17 de febrero de 2006
lunes, 18 de febrero de 2008
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